lunes, 4 de mayo de 2009


Susurré tu nombre en el cementerio,
para creer que habías muerto
y no seguir llorando por ti
Mientras tanto
creen que estás ahí,
les pedí rezaran por mí,
en sus sueños.

1 comentario:

Javier Cánaves dijo...

mezcla de ternura, miedo y algo que se escapa...